POEMAS Y ESCRITOS DE CONDOLENCIAS PARA LOS FAMILIARES DE LAS VÍCTIMAS DEL CORONAVIRUS.
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Funeral
En honor a las víctimas del COVID -19
Trompetas,
resuenan en el silencio,
y un desfile de sentimientos
se maquillan en un arpegio...
Las sirenas
de los que lucharon
por mantenernos a salvo,
se convierten en lágrimas de lluvia,
en fragmentos de abrazo,
bajo un dolor que diluvia
tristes recuerdos
de los que nos dejaron...
Los aplausos
atraviesan el cristal empañado,
vuelan desde un balcón,
desde un infierno lejano
y quiebran sus alas
para caer en sus manos,
como promesas vacías
de un Dios emocionado...
Se alzan las banderas,
se aprietan los puños,
y se acumula la rabia,
mientras los que no sufren rasguños,
son profetas del eterno paraíso,
con su desprecio y su labia,
ignorando que las almas perdidas,
nos hacen gente más sabia...
Agachamos la mirada
en señal de respeto,
porque un cielo nos aguarda,
donde el poder y el dinero,
no cubre sus espaldas,
donde solo hay un decreto,
donde sobran las palabras:
Ama a tus iguales,
hasta el fin de los tiempos,
hasta que no haya un mañana...
Fran Renda
Sin despedida
Fue una fría conmoción altiva y rauda,
que atravesó las venas del alma
Fue conciencia de forzoso abandono,
estar distante de ti, sin besar tú aura
Llueve, sobre pisadas secas del recuerdo,
como un lento y angosto desconsuelo
Nuestra voz, se baña en la nostalgia,
de un ayer sereno y el hoy lastimero
Por los rincones profundos y sombríos,
tu ausencia circula sin tregua por mi mente
Qué triste es, el recuerdo que me sostiene,
vida mirando abajo, hacia la muerte
Veneno de ansia, dejo parcela tu hueco,
en mi luna de primavera, mi luna de invierno
Abierta vio la ventana, al mirarla tus ojos,
y te alzaron al infinito, para ser sempiterno
Sangran los abrazos que no se dieron,
el beso perdido y disipado en el trayecto
juntas en el tiempo, mi sangre y tu latido,
en el sigilo de tu adiós, llora y pena mi grito.
Ana Barroso
Sin palabras
Nos dijiste adiós,
sin palabras.
No pudimos verte,
ni abrazarte,
ni hacerte compañía.
Fueron frías tus horas
de tristeza y desamparo
al final de la jornada.
Fue cierto que te marchaste.
Sin un abrazo, ¡padre!
Sin decirnos nada.
Encerrados desde casa,
nos llegó la certeza
de tu marcha.
Fueron frías las horas
aquella solitaria madrugada.
Entre los hermanos,
no tuvimos abrazos,
ni tan sólo una mirada,
apenas el consuelo
de algunas frases de aliento.
Aquella noche de marzo,
nos dijiste adiós,
sin palabras
y nos llenaste de vacío
por dentro.
​
​
© Maribel y Paco
​
Muerte sin sentido
Miedo me da
este trance
que llama a la puerta
vestido de soledad.
Se funden los cielos de golpe.
Se hielan los besos vacíos.
Se apaga en silencio la vida.
Nunca, como ahora
bajo este insolente virus,
fue la muerte tan fría
ni perdió tanto su sentido.
​
©Pacodecáceres